Sus amigos más cercanos califican como una “amarga decepción” a lo que está viviendo Gregorio Ramos, un joven diseñador de 22 años, quien ha intentado de todas las maneras posibles que le roben su Blackberry para ver si por fin puede comprarse un iPhone, pero no ha tenido éxito en sus intentos.

“Pana, lo he probado todo. Me guindo a hablar con él en la autopista, lo dejo a propósito en los baños públicos, en la barra de la panadería, incluso me lo he colgado con un clip en la correa en el Metro en hora pico y nada. Me pregunto yo: ¿Verga, será que tan pote así es? Contra vale, terminen de robarse esa vaina para ver si me meto en algo que sirva” afirmó Ramos, visiblemente decepcionado, mientras sacaba su blackberry en pleno Boulevard de Sabana Grande. “Les prometo que no los denuncio; es más, les dejo el plan de datos y todo. Bueno, para lo que sirve, es casi la misma vaina si se los dejo o no. ¡Pero llévenselo, de pana! Eso sí, que no me maten porque sino no disfruto del nuevo iPhone”.

“Fíjate tu: aquí estoy viendo todo lo que hace el iPhone 4S. Le puedes hablar, le puedes hasta pedir que te maneje si estás ebrio, tiene GPS, WTF, CDM, una pantalla Retina Power Display 4x arrechísima. En cambio el pote este, nada. Lo usé el otro día de pisapapeles, y me robaron los documentos. Lo más tecnológico que tiene este “…” es que se le borran los contactos cada vez que le actualizas el sistema. ¡Es que ni para eso sirve!” nos comentó Ramos, mientras le metía un clip en la bolita a su Blackberry para destrabársela.

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