Bob Brochers es un empleado de Apple que estuvo trabajando de cerca con Steve Jobs en el desarrollo del primer iPhone. Momento de gran importancia para Apple, ya que su primer teléfono revolucionaría el mercado actual. Brochers ha dado una charla esta semana en una universidad y ha aportado algunos datos relativos a la creación del primer iPhone y lo que hicieron de él un éxito rotundo.
Por ejemplo, Steve Jobs pidió al equipo de ingenieros que “hicieran un teléfono del que la gente se enamorara”. Brochers confiesa que este objetivo impactó en un principio a los ingenieros, quienes se quedaron pensando: “¿qué quiere decir con eso?”. Pero finalmente Jobs tenía razón: aquí vemos, una vez más, una de las máximas de Apple: la ingeniería y el diseño mezclados en el mismo producto dieron como resultado un iPhone que lo cambiaría todo.
Y eso no es todo. Otro de los puntos claves de Apple fue su distanciamiento con las operadoras telefónicas para vender el iPhone directamente a los clientes. Apple hizo uso de sus establecimientos para comercializar el teléfono directamente a sus clientes, dándoles la atención que necesitaban y siguiendo las estrategias marcadas desde Cupertino. Puede que esta dinámica haya sido la causante de que Apple contratara esta semana a John Browett como nuevo vicepresidente de Retail, quien siempre ha estado centrado en mejorar la experiencia de atención al cliente, pero con un curriculum polémico a sus espaldas.